Oct 07, 2024

La ‘startup’ vizcaína SBS desarrolla procesos térmicos que permiten obtener diferentes materias primas a partir de residuos

La foto que acompaña este texto es al mismo tiempo la del antes y la del después. En ella pueden ver al joven ingeniero químico Aitor Pablos junto a lo que queda de una pala de aerogenerador mientras sujeta una muestra de fibra de vidrio, el material con que se realiza este tipo de piezas. Lo curioso es que la imagen viene a ilustrar el proceso contrario; cómo una vez acabada su vida útil la pala puede ser tratada para recuperar y reutilizar la materia prima con que se fabricó.

Es un ejemplo de lo que se conoce como valorización de residuos, que es a lo que se dedica SBS, ‘startup’ creada en 2020 por Pablos junto con Roberto Aguado y Martín Olazar, profesores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad del País Vasco con los que realizó su tesis doctoral. «No competimos con el reciclaje; competimos con el vertedero, con la incineradora, porque cogemos algo que acabaría allí y gracias a nuestros procesos térmicos puede ser devuelto a la cadena productiva», subraya el emprendedor, desarrollardor de negocio de la firma.

Pirólisis

Para lograr esa transformación, SBS ha desarrollado una tecnología que parte de la pirólisis, que, cuidado aquí, poco tiene que ver con la quema de restos que realiza nuestro horno ni con la incineración que se realiza en los vertederos, y de la que como mucho se puede obtener calor y la reducción del volumen de residuos. Es decir, lo único que se geneera a partir de un residuo es otro, si acaso más manejable pero igualmente inservible. La pirólisis en cambio además de ser menos contaminante tiene como ventaja que se basa en la descomposición termoquímica de compuestos orgánicos y otros materiales, un proceso durante el que se generan nuevos materiales perfectamente útiles en muchas industrias.

Por ejemplo, SBS trabaja en la transformación de plásticos a partir de los que se pueden elaborar biocombustibles; composites de los que volver a obtener su materia inorgánica principal, como la fibra de vidrio en el caso de las palas de aerogenerador; neumáticos, de los que extraer negro de humo, componente clave en el tratamiento del caucho durante la elaboración de otros nuevos; y biomasa a partir de la que se puede elaborar biochar o biocarbón, que se emplea, por ejemplo, para mejorar la salud de los suelos por su capacidad para almacenar carbono.

Secado y captura de carbono

La pirólisis es solo una de las tecnologías de valorización térmica en la que trabaja la ‘startup’. Además, trabaja en el secado -en la aplicación de calor para eliminar la humedad de los residuos, un paso muchas veces previo a la pirólisis- y, sobre todo, está muy volcada en la captura de dióxido de carbono (CO2).

«Cogemos residuos alcalinos, como los de las demoliciones, la escoria de la siderurgia o cenizas de biomasa que no encajan en ninguna otra industria, pero que en ciertas condiciones tienen capacidad para captación del CO2 de una chimenea industrial. Solo con eso ya las permitimos ser menos contaminantes, pero además con nuestra tecnología logramos que de la exposición al gas de residuos alcalinos se obtenga carbonato cálcico, que tiene una amplia gama de aplicaciones. Por ejemplo, una cementera podría utilizarlo como aditivo para el hormigón», explica Aitor Pablos, fundador y desarrollador de negocio de la ‘startup’. «De momento, las pruebas la estamos haciendo en nuestra planta piloto comprando el CO2, pero en 2026 ya podremos ofrecer los módulos que las empresas instalarían junto a sus chimeneas y que, además de ser pequeños y no requerir ninguna construcción, serían fácilmente manejables desde un puesto de control», explica.

SBS

Desarrollo de tecnología para la valorización de residuos a partir de procesos térmicos como la pirólisis.

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